Era la hora de la Oveja, pero lo desaprovechó.
Mala tos le siento al gato...
El Decano pone un circo y le crecen los enanos. Anoche fue el colmo, después de la nefasta noticia en la semana de la baja (operación mediante), del Capé, se suma la expulsión ayer de la Oveja García.
Empezó bien el DK, sumando gente en ataque por las dos bandas, con un Monumental alentando siempre, y con un Matías García enchufado desde el principio probando desde afuera cada vez que podía y tenía un hueco para eso. Aún así el Deca no pudo abrir el marcador en la etapa inicial.
Ya en el segundo, al minuto de juego vino lo que nadie esperaba, foul de la Oveja en mitad de cancha, casi una falta intrascendente, en frente de las plateas, y segunda amarilla para el 10...afuera, y a remar con uno menos. Tras cartón, a los 2 minutos: centro al área de Defensa y Justicia, cabezazo impecable del gran Satanás Páez, y golazo. Demasiado temprano para aguantar la mínima diferencia con uno menos. De allí empezó a jugar La Inimitable, tremendo los muchachos, los de la chile, los de la Laprida, los de la Bolivia, y hasta los de la platea, todos alentaban, todos empujaban y generaban las fuerzas a los jugadores que aguantaban el vendaval de Florencio Varela. Impresionante la gente.
Alloco empató al cuarto minuto de adición, que nadie puede explicar porque se dieron, ni el mismo Néstor Pittana lo sabe... ¿o si la sabrá?
Tanto fue el aliento y el partido aparte que jugó la gente, que si no fuese por ellos, a juzgar por el fútbol, El Halcón hubiese empatado mucho antes, a pesar que Atlético en alguna contra aislada (mal resuelta por el Pulga) podría haber aumentado. No pasó y pasó lo peor, empató Alloco, y a otra cosa...
Ahora hay que pensar en All Boys, lo que pasó pasó (entre tú y yo...)...
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