No jugó bién el Decano, a pesar que se insinuó más que su rival, pero le faltó eso al Decano, el toque o la puntada final, tal vez falta ligar un poquito...
Esa jugada que estuvo a punto de marcar el uruguayo Lujambio, el palo de gutierrez y el palo final otra vez de Josemir, no fueron suficiente para que quedaran los tres puntos en el Monumental. Es como que se insinúa más de lo que es este Atlético. Mejoró la salida con Bressán. Montiglio fue pura entrega, pero no alcanzó. Alguna pincelada del Capé, pero muy solo a la hora de hilvanar. Tarde la inclusión de Pereyra, que empujó y casi llega a convertir, un poco con fútbol, otro poco con huevos. Pero todo esto es escaso para un equipo de la talla de Atlético. Poco para un club grande como el Decano.
Atlético de momentos no parece ser Atlético, se ve apurado aquí, en su propia casa, porque si bién no llegaron los porteños, en el segundo tiempo, un zapatazo pudo haber cambiado la historia, de no ser por la gran intervención de Lucas Ischuk.
Ha cambiado Atlético, de aquel campeón que jugaba de memoria en el Monumental (ese que salía a ganar afuera y más de una vez se trajo una goleada de visitante), a este que titubea en las narices de su gente.
Esa gente que viene soportando desde este torneo, la segunda división del fútbol argentino, precios de Champion Ligue, 25 pesos la general para ese espectáculo, es mucho. 30 pesos para ir a la tribuna de calle Laprida, es mucho. Apesar de todo, hubo unas 20.000 personas, no es poco y que lo digan los porteños. La gente soporta eso y más. Todo sea por nuestro bendito Decano.
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